Me llamo Monchis
Quiero comenzar este post por el final: yo no me llamo Monchis; mi nombre de pila es Diego Alberto.... ese apelativo lo escogieron mis padres hace ya muchísimo tiempo, cuando me presentaron orgullosos ante asamblea de los creyentes en alguna parroquia de mi natal Medellín como su legítimo heredero, con la obligación de mantener en alto el orgullo familiar, y siendo el único hijo varón con el sacrosanto deber de cargar con nuestro apellido hasta la siguiente generación.
La Raza Paisa ha sido colonizadora, pero ante todo pobladora; el asegurar una descendencia abundante fue hasta mediados del siglo pasado una obligación que se atendía con fervor y las ceremonias bautismales se repetían año tras año hasta que el cuerpo aguantara.
Yo por razones del destino no cumplíré con el sueño del Patriarca y nuestro apellido morirá conmigo.... esa deuda la tendré siempre con él, pero no tengo manera de pagarla.
Yo soy un Monchis porque así nos decimos Mi Hombre y yo.
Me encantan los gatos: son independientes, misteriosos y limpios.
Tienen ese aire de suficiencia... se mueven con elegancia por sus dominios, que nosotros consideramos nuestra casa y que ellos en un gesto de buena voluntad deciden compartir con nosotros.
Mi Hombre es rubio y tiene ojos azules, con un sutil tinte verdoso que se incrementa levemente cuando está de mal humor.
Es por eso que desde que empezamos a salir juntos yo le decía El Gato y esa palabra se llenaba de diminutivos como Gatico, Papasito... Hay!! más pasito; en los momentos de pasión acalorada.
Cuando nació el amor empecé también a decirle cariñosamente Mi Monito; y entre tanto Gatico, Papasito y Monito... algún día me escuche a mi mismo diciendo Monchisito.
Mi Hombre paró en seco y levantó la cabeza olvidando completamente lo que estaba haciendo, me miró a la cara y me preguntó que había dicho y le repetí: Mi Monchisito, luego de algunos instantes que fueron los necesarios para que su cerebro recorriera las bases de datos de vocabulario sin encontrar un significado equivalente a esa palabra, rompió con una carcajada sonora de las que tanto me gusta escuchar en él.
Desde ese punto y hora nos seguimos llamando mutuamente Monchis y nuestros amigos siempre hablan de nosotros en esos términos: llamen a los Monchis, inviten a los Monchis, tengan en cuenta a los Monchis.
La gente que realmente me conoce y me quiere me dice Monchis.
Para los demás soy simplemente Diego Alberto.
Es por eso que mi blog se llama Monchis World..... el espacio donde me expreso, consigno mis sentimientos y capturo mis sueños.
Hoy cuando escribí este post aparecen en el buscador de Google 33.800 resultados para la palabra Monchis.... pero eso es otra historia.
La Raza Paisa ha sido colonizadora, pero ante todo pobladora; el asegurar una descendencia abundante fue hasta mediados del siglo pasado una obligación que se atendía con fervor y las ceremonias bautismales se repetían año tras año hasta que el cuerpo aguantara.
Yo por razones del destino no cumplíré con el sueño del Patriarca y nuestro apellido morirá conmigo.... esa deuda la tendré siempre con él, pero no tengo manera de pagarla.
Yo soy un Monchis porque así nos decimos Mi Hombre y yo.
Me encantan los gatos: son independientes, misteriosos y limpios.
Tienen ese aire de suficiencia... se mueven con elegancia por sus dominios, que nosotros consideramos nuestra casa y que ellos en un gesto de buena voluntad deciden compartir con nosotros.
Mi Hombre es rubio y tiene ojos azules, con un sutil tinte verdoso que se incrementa levemente cuando está de mal humor.
Es por eso que desde que empezamos a salir juntos yo le decía El Gato y esa palabra se llenaba de diminutivos como Gatico, Papasito... Hay!! más pasito; en los momentos de pasión acalorada.
Cuando nació el amor empecé también a decirle cariñosamente Mi Monito; y entre tanto Gatico, Papasito y Monito... algún día me escuche a mi mismo diciendo Monchisito.
Mi Hombre paró en seco y levantó la cabeza olvidando completamente lo que estaba haciendo, me miró a la cara y me preguntó que había dicho y le repetí: Mi Monchisito, luego de algunos instantes que fueron los necesarios para que su cerebro recorriera las bases de datos de vocabulario sin encontrar un significado equivalente a esa palabra, rompió con una carcajada sonora de las que tanto me gusta escuchar en él.
Desde ese punto y hora nos seguimos llamando mutuamente Monchis y nuestros amigos siempre hablan de nosotros en esos términos: llamen a los Monchis, inviten a los Monchis, tengan en cuenta a los Monchis.
La gente que realmente me conoce y me quiere me dice Monchis.
Para los demás soy simplemente Diego Alberto.
Es por eso que mi blog se llama Monchis World..... el espacio donde me expreso, consigno mis sentimientos y capturo mis sueños.
Hoy cuando escribí este post aparecen en el buscador de Google 33.800 resultados para la palabra Monchis.... pero eso es otra historia.
Comentarios
Yo soy El Joker
pues muy cómico, la forma como espieza a llamarse uno con la pareja, mi negro, flaco, príncipe, mi currunchunchún, mi mulato, gato, chocho, machuque... el amor, el amor. jajajajajaja
me queda la duda, ¿en el Mundo de Monchis escriben los dos o sólo uno? ¿Escriben a cuatro manos o se turnan? jajajaja
willy preguntando, pues
Espero saldar mi deuda con vos y volver a publicar pronto.
ESTOY HACIENDO LAS TAREAS Y YA HICE LA PRIMERA...